martes, octubre 10, 2006

Hecho en México

Siempre he intentado tener todo ordenado, a exepción de tres cosas, mi cuarto, mi lugar de trabajo y mi vida. De ahi en fuera, todo lo demás está en perfecta comunión conmigo mismo y mi entorno.

El problema se presenta cuando otras personas no entienden el ¿porqué? de mi desempeño ante la vida, razones (pretextos más bien) sobran: que no estoy comprometido con algo, que no tengo nada por que vivir, que me dan hueva muchas cosas que a tí te importan, que sigo triste porque se murió Juan Pablo II, que todos vamos a morir... En fín titipuchal de cosas.

Hace aproximadamento dos semanas, entre a un diplomado de gestión de la calidad, a diferencia de otras personas que lo están tomando (para titulación, para no empezar a vivir, para hacer de un curriculum más grande, para cagarles la vida a los del diplomado, entre otras razones...) la decisión que me obligo a tomarlo es porque me gustan las cosas bien hechas y las recompenso siempre.

Una buena mamada, una buena cogida, un excelente programa, un muy buen juego, una buena conversación (aunque como no platico mucho, son necesarios solo que les aguante 12 minutos), etc, son el significado de calidad para mí.

Como inicio de todo el desverguito, nos presentaron un video que se llamaba Gong Ho.

Según que el gong ho son tres puntos que puso en práctica un indio Axtehuatzú (es inventado, ni lo busquen) en la empresa donde trabajaba, el cual recibió el conocimiento de sus ancestros ancestrales y logró mejorar la calidad en esa madre.


Los puntos son:

Que te chilla la ardilla (o algo así), donde la importancia de saber que haces un excelente trabajo te ayuda en lo personal, a sabiendas que sino lo hicieras, otros no tendrian trabajo, sniff.

El castor maravilla (igualmente: o algo así), el cual hace mejor el trabajo por sí mismo que si lo mandan a hacerlo, tonces valen madre los jefes, que nada mas chalanean.

Y jalale la nuca al ganso (una ultima vez: o algo así), donde la maravilla de este punto es que se le estimule al compañero para alcanzar su meta.

Todo esto no se hubiera dado a conocer, si el indio pecara de egoista y no le enseñara a la gerente de la empresa el "gong ho" porque tenia el agua en el cuello (en otra palabra a punto de que mandaran a chingar a su madre la empesa). Esta infelicidad de los indios Zacatroncas hizo que le pusieran alguna mala hierba en la comida al salamero que explico el gong ho y muriera. Esto iba a acarrear dos cosas, la primera, que no se divulgara el secreto y la segunda que se fuera a chingar a su madre la compañía que contaminaba su ambiente.

Pero no contaban con la astucia de la vieja que en seguida busco dos chingones gestores en calidad y les conto la historia, el resuldado: Indios mandados pa la verga por su propio gong ho.

Esto es calidad señores.

Fin.

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